Sergio Perez / Reuters
Sergio Perez / Reuters

Diego Forlan: El esfuerzo en equipo de la Juventus triunfa sobre la grandeza individual



¿Celebrar o no celebrar ante tu exequipo? Este fue el dilema al que se enfrentó Álvaro Morata tras anotar un gol decisivo contra el Real Madrid el pasado miércoles que llevó a su equipo a la final de la Champions.

Decidió no celebrarlo pero tampoco pasa nada si lo hubiera hecho. Su trabajo es marcar y está en su derecho de celebrarlo ante un equipo que no tuvo reparos en venderlo. Celebrar es bueno para los delanteros, es una liberación tras todos los esfuerzos realizados. Cuando jugaba para el Atlético marqué contra el Villarreal y nunca sentí que fuera una falta de respeto por mi parte hacia mi antiguo equipo, ni tampoco una venganza contra ellos. El daño ya estaba hecho al marcar el gol, celebrarlo con mis compañeros de equipo que habían contribuido al tanto ya no podía perjudicar más al equipo. ¿Por qué debe alguien reprimir su alegría?

La Juventus me sorprendió. Pensé que el Madrid remontaría y se haría con la victoria pues contaba con todos esos grandes jugadores y el apoyo de una numerosa afición. Me equivoqué. Morata, al que he visto marcar buenos goles, ha sido el protagonista de los titulares en España. Es un jugador de calidad pero también lo es todo el conjunto italiano. No veo a la Juventus como un grupo de individuos sino como un equipo realmente impresionante que han sido inteligente en el mercado de fichajes con la compra de jugadores emergentes como Paul Pogba, jugadores con mala reputación como Tévez –un trato injusto pues le conozco y es un buen tipo– o jugadores descontentos en sus anteriores clubes como Pirlo, que han reunido para formar un equipo.

Los delanteros de la Juve se complementan entre sí. Tévez no para de correr al lado de uno de los dos delanteros de físico imponente de referencia, Morata o Llorente. Tévez cubre mucho terreno, siempre trata de crear espacio y marca muchos goles. Es un gran jugador, que gana títulos esté donde esté. Y ahora va a jugar otra final de la Champions. Ha vuelto al Boca Juniors, el club de sus amores, y les ha dicho que quiere darles todo para compensarles por todo lo que le dieron cuando era más joven.

He jugado muchas veces contra Llorente en España. Es un jugador excelente y un gran tipo. Es fuerte en el juego aéreo, como se espera de un jugador alto como él, y tiene habilidad con los pies además de una buena técnica. Merece estar en un gran equipo como demuestra ser la Juventus actual.

Pirlo, Vidal y Pogba llegan al área y contribuyen a crear un ataque excelente pero lo más importante para ellos es que cuentan con una defensa realmente sólida. Su actuación en Madrid fue brillante, impidiendo que Cristiano Ronaldo aprovechara las claras ocasiones y los espacios que necesitaba. Pensé que el Madrid crearía más ocasiones pero la Juventus supo cómo frenarlas. Creo que Lionel Messi hubiera sido más difícil de parar.

Ronaldo es un magnífico futbolista y se merece la Bota de Oro pero, en mi opinión, Messi es el mejor jugador del mundo y así lo tendrá que demostrar en la final. La Juventus lo va a intentar y defenderá contra el Barcelona en Berlín pero Messi despliega su magia en esos espacios cerrados cuando tiene a dos o tres jugadores encima de él. Es capaz de esquivarles y por eso es el mejor. Como dijo Pep Guardiola, nadie lo puede parar. Ronaldo tiene velocidad y fuerza; Messi es puro talento con capacidad de colarse entre cualquier rival.

Me ha sorprendido la reacción en Madrid ante la imposibilidad del conjunto blanco de llegar a la final. Aunque no debería puesto que he vivido allí. Me cuesta creer que se cuestione a Carlo Ancelotti cuando la temporada pasada el técnico italiano llevó al club a ganar la “décima” y a coronarse campeones del mundo. Este año no han conseguido nada pero estas cosas suelen pasar en el mundo del fútbol. Contar con los jugadores más caros no garantiza milagros. A veces el fútbol desafía esta lógica, los jugadores no son máquinas, también cometen errores. Sin embargo, una de las razones por las que nos encanta el fútbol es por su carácter impredecible. Todos esperamos que el Barça, con mi buen amigo Luis Suárez, derrote a la Juventus pero siempre queda la sombra de la duda y es precisamente esto lo que nos hace disfrutar viendo los partidos de fútbol.

En Madrid los medios de comunicación son muy influyentes. Siempre hay personas que promocionan sus propios intereses en la radio, la televisión o los periódicos. Posibles presidentes en busca de poder o amigos de jugadores, es este tipo de club. En cierto modo entiendo a los jugadores porque no siempre es justo y la presión es continua pero así es la vida como jugador del Real Madrid. Si no puedes aguantar el calor, sal de la cocina. Falta mucha paciencia. Radamel Falcao jamás recibiría el mismo nivel de apoyo que ha tenido en el Manchester esta temporada si tuviera problemas en Madrid. En Inglaterra se vuelven locos pero también son más tolerantes, especialmente si ven que un jugador se esfuerza. Y hablo por experiencia.

Cuando yo vivía en España, durante años el Madrid no pasó de los octavos de la Champions. Este año han llegado a las semifinales. No es un fracaso pero así es como lo ven en el Madrid. Al conjunto blanco aún le queda una pequeña posibilidad de ganar la Liga aunque es algo poco probable y seguramente acabe segundo, una posición que al Real Madrid no le parece suficiente.

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